5.16.2010

-Has dormido profundamente, no me he perdido nada -sus ojos centellearon-. Empezaste a hablar en sueños muy pronto. Gemí. -¿Qué oíste?. Los ojos dorados se suavizaron.- Dijiste que me querías.- Eso ya lo sabías- le recordé, hundí mi cabeza en su hombro.- Da lo mismo, es agradable oírlo. Oculté la cara contra su hombro.- Te quiero- susurré.